lunes, 25 de mayo de 2009

Paquete de Telecomunicaciones de la UE

Hacktivistas invitaba a enviar una carta a nuestros parlamentarios europeos antes de la votación del Paquete de Telecomunicaciones el pasado 5 de mayo; esta es la mia:

Estimados Parlamentarios,

Cualquier forma de censura es incompatible con la democracia: si los ciudadanos son suficientemente responsables como para elegir a sus dirigentes, cómo no van a serlo para navegar por internet. Por favor, no caigamos en paternalismos políticos, propios de las dictaduras pasadas; no nos dobleguemos ante las presiones de fuerzas económicas que chantajean al Estado. Seguirá siendo censura.

En El nombre de la rosa se envenena la parte de la Poética de Aristóteles que trata sobre la comedia para que, el que lo lea, muera. El bibliotecario no soporta la risa y, sin llegar a destruir el libro, impide su uso. Aún así, Guillermo de Baskerville se pone unos guantes y lo lee. Sirva de metáfora para el paquete de telecomunicaciones que se debate en el Parlamento Europeo: ¿qué se bloquea y por qué; quién lo hará y sobre qué criterios; acaso no acabará siendo nada más que una medida que incomode a los usuarios por un tiempo?

La imprenta permitió que se distribuyeran libros pornográficos, panfletos revolucionarios y reaccionarios, copias de libros a veces falseados: ¿hubiéramos reaccionado ante ella como ahora reaccionamos ante internet? –y la escritura, antes que la imprenta, lo permitió…

Y también corre peligro la privacidad de los datos. Esta medida se ampara en casos estadísticamente despreciables e identificables fuera de la red. ¿El voto dejará de ser secreto, se abrirá el correo ordinario, se pondrán micrófonos en las calles? Hoy se buscan unos contenidos, ¿y mañana?

La Política debe tener en cuenta que no sabremos cómo será el futuro pero que nuestras acciones presentes lo moldearán: ¿estamos haciendo justicia al futuro?

Como votante, me dirijo a mis representantes: medidas como la que se plantea sobre internet no hacen sino criminalizar a los ciudadanos y decepcionan a los votantes. En una democracia de mercado debe ser el político el que se adapte a los ciudadanos, debe ser el mercado el que se adapte al consumidor: todo lo que no sea así supone un riesgo para su continuidad.

Un saludo,

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