domingo, 30 de noviembre de 2008

Divide et Impera o La Tragedia de la Zanahoria

Hoy estoy pletórico, pues tengo un iPhone y la fuente de mi inagotable alegría es que ahora voy marcando la diferencia. Mi iPhone me otorga distinción. Me distingo del resto porque aún no lo tienen: se sorprenden, me envidian, lo sé. Ah, qué sensación tan embriagadora, qué poder. De repente, los demás se interesan y me preguntan cosas. Incluso algunos de los que antes ni siquiera me dirigían la mirada (ya no sé si estas palabras son mías o las escuché en un anuncio).

Sigo siendo un trabajador, pero ahora tengo un iPhone- el jefe lo sabe, al jefe le gusta. Mis compañeros no lo tienen, mi cuñado no lo tiene y todos tienen esa mirada cuando lo saco del bolsillo y deslizo mi dedo por la pantalla, y todos hacen aquel gesto casi imperceptible con la boca.

Pero al siguiente día pasa algo: hay más gente en la oficina con su iPhone, y el efecto ha decaído. Mi jefe también lo tiene y ya se ha buscado a otro para que se lo ponga a punto. Pero esto no es lo peor, los albañiles lo tienen, los conserjes lo tienen... Esta sensación de igualdad me lleva a la inevitable opción de volver a consumir, de consumir algo más caro, más nuevo, lo último, lo exclusivo... pero estoy endeudado. Cobro 8 veces el sueldo mínimo pero me falta dinero. Estoy pagando dos casas y el Audi: por eso mismo me falta dinero. Necesito un aumento. Tengo que llamar la atención de mi jefe. Me quedaré a dormir en el trabajo. Viajaré los fines de semana y no le pediré días de descanso. Venderé a mis compañeros, renunciaré a mis derechos, me cagaré en la tumba de los que murieron por ellos.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Belial's Guiding Hand

En 314, en cuanto Constantino legaliza el cristianismo, se lanzan contra los paganos. Los cristianos se quejan de la persecución a que fueron sometidos por los paganos pero fue incomparable, tanto en celo como en sistematicidad, con la persecución a la que sometieron a los paganos -se tomaron la revancha. Lo mejor es que todos recordamos al pobre cristiano devorado por los leones en el Coliseo, pero de la persecución a los paganos, nada: ¿y los sacerdotes asesinados, los templos arrasados, las ejecuciones de "idólatras"; es verdad lo del campo de concentración de paganos en Scythopolis?

-No, es que eso fueron los herejes: los arrianos o los donatistas..., los niceos somos buenos.

Tan buenos como San Ambrosio que lo incitó y permitió, como los emperadores cristianos.
En la Edad Media nuestros buenos niceos repartieron a gusto contra los herejes que les salían como setas. Hasta que Lutero y Cía. se dedicaron a perseguir a los Católicos en sus posesiones (Cromwell hizo una buena limpieza en Inglaterra -parecida a la cristiana en Roma).
Y los arrianos se hicieron mahometanos. Y los mahometanos erradicaron (con buenas palabras, claro) todo politeísmo idólatra de Oriente Medio. Y llegaron a las puertas de los cristianos. Y se armó la de Dios. Todavía Bush y Bin Laden hablan de Dios (trinitario para uno, unitario para el otro).


Cuando asistimos a la "inversión antropológica", cuando el Reino de la Gracia se convierte en el Reino de la Cultura, cuando "el hombre hizo a los dioses a su imagen y semejanza", y Kant traduce la psicología escolástica al humanismo, y Robespierre alaba a la diosa Razón, empezamos a ver la persecución de los humanistas a los cristianos: el anticlericalismo en la Revolución Francesa (los monjes refractarios, durante el Terror,...), en España,... Y es a partir del final de la Segunda Guerra Mundial, cuando se aprueban los Derechos Humanos y se refunda la Sociedad de Naciones en la ONU cuando Constantino legaliza el cristianismo. La ley, el Estado de Derecho, son el dogma de este humanismo: la moral y la fe en el Hombre.
La ley, como la democracia, se las da el Hombre para sí mismo. No hay nada más sagrado que el Hombre -reformulación del pacifismo: no hay nada peor que lo más sagrado destruyéndose a sí mismo; la corrección política es muy parecida: el Hombre no debería dañarse ni excluirse a sí mismo.
En el arte, Pollock representa la tendencia de adhesión (ese subjetivismo ininteligible, aunque universal), Joyce también (el Ulises, como sacralización de la Odisea, o el Finnegans Wake, muy parecido a Pollock). Habría otras dos tendencias: la anacrónica (bodegones, paisajes,...), y la anti-humanista. Esta última está representada, sobre todo, por dadá y el futurismo -no tanto el surrealismo, que reduce los absurdos lógicos de dadá al inconsciente. Dadá, con su "espíritu de francotirador", elimina al hombre (en los ready-mades), o lo parodia o rebaja (La mariée mise à nu par ses célibataires, même).
Sólo espero equivocarme y que las persecuciones del futuro no vengan de la ingeniería social.